El día ha llegado: después de tres años en las sombras, John Galliano volvía a escena con su primer desfile para la casa franco-belga Maison Martin Margiela. Lo hacía en Londres, arropado por sus íntimos -de Kate Moss a Albert Elbaz- con una colección de autor, ajena a tendencias, pretensiones y expectativas de ventas. Sólo artesanía, y casi arte. En el año 2011, John Galliano, ebrio, en un café de París, profería insultos antisemitas que fueron capturados en un vídeo. La noticia corrió como la pólvora en un mundo, el de la moda, que no perdona fácilmente. Galliano fue despedido de Dior fulminantemente. En octubre de 2014, tras meses de rumores en los que se barajó como sucesor de Oscar de la Renta, se anunciaba que Galliano entraba a formar parte de Maison Martin Margiela. La firma, conocida por su moda conceptual y minimalista, a priori, se sitúa en las antípodas del estilo histriónico y dramático del diseñador gibraltareño, por lo que el grado de expectación era todavía mayor.El resultado de la unión de estos universos creativos , en un desfile que tuvo lugar en Londres, durante la Semana de la Moda Masculina. Un aparente sinsentido que, conociendo los miedos del diseñador, se puede entender: en un circuito de moda ajeno al suyo -todas sus propuestas fueron femeninas-, lejos de París, la ciudad de sus luces y sombras, y en la capital británica, donde un joven Galliano se formaba en diseño de moda. Un renacer, casi un experimento, una introspección. "The dream comes true". No había que vender, aunque posiblemente lo haga, aunque sea por el interés casi museístico que despierta y veamos alguna de sus propuestas en la temporada de premios que ya ha comenzado; sólo emocionarse.Una colección que homenajea su trabajo y el de su predecesor de una forma tan abierta que en ocasiones se acerca más al collage y la retrospectiva conjunta que a la innovación y el inicio de un nuevo capítulo, en el desfile palabras como funcionalidad o tendencia no tengan cabida, en eso Galliano es el rey…!.
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